Soneto a la ira - Lena, España

Por cada yema estallan mil latidos
cada uña despliega un corazón
se enturbia con la sangre la razón
perdiendo la noción de los sentidos.

Se desbordan los versos en bramidos
pronuncian la feroz acusación
y las palabras caen en aluvión
dejándonos los huesos doloridos.

Nos domina, nos vence y enajena
nos despoja del alma y la cordura
convirtiéndonos de roca en arena.

Nos sentimos caer desde la altura
llevando en nuestro cuello una cadena
de eslabones torcidos de amargura.